Cuando los trabajadores sanitarios hacen daño: la medicalización de la mutilación genital femenina en Egipto Cuando los trabajadores sanitarios hacen daño: la medicalización de la mutilación genital femenina en Egipto | Fondo de Población de las Naciones Unidas

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Cuando los trabajadores sanitarios hacen daño: la medicalización de la mutilación genital femenina en Egipto

Les dirigeants communautaires du gouvernorat d'Assiout parlent de mutilations génitales féminines . © Programme conjoint UNFPA-UNICEF pour l'élimination des mutilations génitales féminines
  • 02 Octubre 2019

EL CAIRO, Egipto - La mutilación genital femenina (MGF) ha estado proscrita en Egipto durante más de una década, pero sigue siendo generalizada, mas en lugar de ayudar a eliminar la práctica, es posible que las campañas públicas que subrayan sus peligros hayan tenido un efecto secundario inesperado, sacar el procedimiento del hogar y llevarlo al lugar en que los funcionarios tienen como propósito "no hacer daño": el centro sanitario. 

"Alrededor del 75 % de las mutilaciones genitales femeninas en el país las realizan los médicos", afirmó el Dr. Ayman Sadek, experto en el tema.

A pesar de años de esfuerzos por parte del gobierno y de las organizaciones de salud, la mutilación genital femenina sigue estando profundamente arraigada en las comunidades musulmana y cristiana de Egipto. Alrededor de 9 de cada 10 mujeres egipcias han sido sometidas a la práctica, según datos de 2015

Hubo un tiempo en que las parteras tradicionales, conocidas como "dayas", eran las que efectuaban la mayor parte de las intervenciones, pero desde la prohibición, las familias han recurrido cada vez más a profesionales de la salud capacitados. 


La medicalización de la mutilación genital femenina es perjudicial e
inmoral, en opinión del Dr. Gamal Serour. ©UNFPA/R. Anis

 

La medicalización de la mutilación genital femenina es alarmante  para expertos de la salud y los derechos humanos, ya que ofrece la apariencia de legitimidad de una práctica que no tiene beneficios médicos sino graves consecuencias, incluido peligro de hemorragia, complicaciones del parto y hasta la muerte. 

¿Por qué lo hacen?

Algunos proveedores de servicios sanitarios realizan la mutilación genital de la mujer porque creen que de todos modos las familias recurrirán a la práctica.

"Dicen que hay poco que pueda hacerse para detener esta práctica, por lo que se comprometen a llevarla a cabo con menor riesgo de infección y sangrado", dijo la Dra. Wafaa Benjamin Basta, ginecóloga egipcia. "Plantean que se siente menos dolor y trauma al hacer un pequeño corte bajo anestesia. Es un enfoque de reducción del daño", pero esa no es excusa suficiente", manifestó el Dr. Gamal Serour, ginecólogo-obstetra y Director del Centro Islámico Internacional de la Universidad Al Azhar. La medicalización de la mutilación genital femenina es perjudicial e inmoral", sentenció. 

Y la medicalización no garantiza reducción del daño. 

En Egipto, la clitoridectomía y la ablación son las formas más comunes de mutilación genital femenina. Ambas implican la eliminación de partes importantes de la anatomía femenina. 

Además, señaló el Dr. Sadek, "los médicos no aprenden a realizar la mutilación genital femenina como parte de su formación. En lugar esto, la aprenden de las practicantes tradicionales". Otro personal de salud no aprende el procedimiento de nadie en particular; lo aprende en la práctica

También hay otro incentivo, añadió el Dr. Sadek: Algunos realizan la mutilación genital femenina para complementar sus ingresos.

"Cuando se hace algo ilegal, el precio aumenta", razonó. "Yo sé de un médico que la lleva a cabo en niñas, pero protege a sus propias hijas de la práctica".


Se está instando a las comunidades a rechazar la mutilación genital femenina, y las niñas están aprendiendo sobre los daños que ocasiona. © Luca Zordan para el UNFPA

Más que daños físicos

El enfoque de los activistas, centrado en los daños físicos que causa la mutilación genital femenina, hace que las consecuencias psicológicas hayan sido ampliamente ignoradas, opinaron algunos expertos. 

"Tendemos a hablar únicamente sobre el impacto médico de la mutilación genital femenina, aun cuando el impacto social y psicológico tiene la misma importancia, o aún más", explicó al UNFPA la Dra. Basta. "Tengo pacientes que me dicen que ha interferido en su capacidad de tener una vida sexual agradable".

La práctica también surge de las desigualdades de género, las cuales refuerza. Perpetúa, por ejemplo, la idea de que los cuerpos de las mujeres son inferiores cuando están intactos, y la idea de que debe controlarse la sexualidad de las mujeres.

Una encuesta de hogares de 2014 demostró que más de la mitad de los encuestados opinaban que los hombres prefieren a las mujeres que han sido mutiladas, y más del 40 % dijo que la práctica evita el adulterio.

El apoyo a la práctica sigue siendo muy alto, a pesar de que el 60 % de las mujeres encuestadas reconocieron que puede causar complicaciones que den lugar a la muerte. Menos de la mitad de los hombres eran conscientes de tales complicaciones.

Cambio en las actitudes

No obstante, se ha registrado progreso, según algunos expertos. Los recientes aumentos en las penas por practicar la mutilación genital femenina han contribuido a una disminución general de la práctica, afirmó el Dr. Serour.

Y las actitudes están cambiando lentamente, especialmente en las comunidades urbanas y opulentas. 

"Hace diez años, la mayoría de mis pacientes habían sido sometidas a la MGF", aseguró la Dra. Basta, al señalar que, entre sus pacientes, "sólo alrededor del 10 % de mis pacientes en el sector privado (en especial las menores de 30 años) se han sometido a la MGF". 

El UNFPA ha colaborado con el departamento que supervisa las licencias de clínicas privadas para desalentar la práctica. Y se ha aprobado un plan de estudios médicos apoyado por el UNFPA sobre los perjuicios de la práctica, aunque todavía no se ha llevado a las universidades.

A través del Programa conjunto para eliminar la mutilación genital femenina de UNFPA y UNICEF, también se instruye a las comunidades acerca de los daños causados por la práctica, y se las alienta a renunciar a esta. 

Sin embargo, muchas personas siguen convencidas de que la medicalización de la mutilación genital femenina es aceptable.

"La medicalización de la mutilación genital femenina es algo terrible envuelto en un hermoso paquete", afirma el Dr. Sadek.

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