Como sociedad global, solo estamos tan avanzados como quienes empujan desde atrás de nosotros.
Nuestro futuro colectivo depende de avanzar juntos, incluso poniendo fin al racismo y a todas las demás formas de sesgo.
Diez años de activismo durante el Decenio Internacional de los Afrodescendientes produjeron algunos progresos importantes para las y los afrodescendientes, y el mundo reconoce cada vez más sus contribuciones a la equidad, la paz y la prosperidad mundiales, pero queda un largo camino por recorrer.
Para las minorías étnicas y raciales, los legados racistas del colonialismo y la trata transatlántica de esclavos siguen limitando el acceso a la educación, el empleo y los servicios de salud, poniendo en peligro la salud y el futuro de las personas y de sociedades enteras.
Las mujeres y niñas de minorías étnicas y raciales se encuentran entre las personas más marginadas del mundo, ya que el racismo y el sexismo les niegan sus derechos a la salud, el empoderamiento y la autonomía.
En el continente americano y más allá, allí donde se recopilan datos, las mujeres afrodescendientes son más propensas a morir durante el parto debido a la negligencia médica y el maltrato, y la salud sexual y reproductiva sigue reflejando creencias poco científicas y racistas .
Las personas afrodescendientes tienen más probabilidades de sufrir discapacidad en comparación con los adultos blancos; la discriminación basada en la discapacidad, la raza y el género significa que las mujeres afrodescendientes con discapacidad son aún más susceptibles a los malos resultados de salud y la violencia.
Entretanto, la mala salud de las mujeres y las niñas afrodescendientes sigue siendo invisible en muchos países, ya que en su mayoría no se dispone de datos desglosados por raza.
Al iniciar el Segundo Decenio Internacional de los Afrodescendientes y celebrar el 60 aniversario de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, debemos aprovechar el poderoso activismo que ha puesto de relieve las contribuciones de los movimientos dirigidos por afrodescendientes a la igualdad, la paz y la prosperidad.
Tales movimientos a nivel mundial se han movilizado detrás de reformas críticas para la inclusión y la justicia en la educación, la salud y la actividad policial, llevando a los países a implementar políticas de acción afirmativa y a aprobar leyes contra la discriminación racial .
El aumento de las inversiones en datos, incluidos datos para captar identidades interseccionales, está ayudando a los gobiernos y a los proveedores de atención médica a cubrir mejor las necesidades de salud sexual y reproductiva de las mujeres de todas las razas, etnias y capacidades.
Para contrarrestar aún más la discriminación profundamente arraigada, los gobiernos, las instituciones educativas y los servicios de salud deben desmantelar los estigmas sistémicos, y la comunidad mundial debe aumentar urgentemente la inversión para empoderar económica y socialmente a los grupos minoritarios y marginados.
Debemos hacer uso de los marcos internacionales de derechos humanos y de otros acuerdos y programas de política mundial y exigir su adhesión.
Al celebrar este año el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, reafirmemos nuestro compromiso de poner fin a todas las formas de desigualdad, racismo y discriminación, y de ofrecer reconocimiento, justicia y desarrollo a las y los afrodescendientes.